martes, 7 de diciembre de 2010

Y a pesar de todo, seguimos aquí



Domingo de invierno. Frío, mi madre y mi hermano regresan al mediodía, habían marchado dos horas antes a un sorteo, eso es lo único que sabía, era el año 75. Yo, la pequeña de cuatro hermanos, no sabía muy bien que estaba pasando. Mi madre entra en casa con la cara demudada, llorando y muy nerviosa. Mi hermano la consolaba sin conseguirlo. Pregunto que ocurre, mi madre gritando me dice: Tu hermano se va al Sahara. No sabía que era el Sahara, intuí que aquello era muy grave, pero ingenua e inocentemente dije: Entonces, ¿ese es el premio que le ha tocado en el sorteo? Recibí una mirada que me dolió más que si me hubiera soltado una buena bofetada.

Mi hermano se fue a hacer la mili al Sahara, era el último reemplazo coincidiendo con la Marcha Verde. Acababa de morir Franco y mi madre conocedora de la situación política vivió desquiciada todo aquel tiempo. Mi casa nunca volvió a ser la misma, la tristeza y el nerviosismo se apoderó de ella.

Para mi hermano, supongo tambien, que aquello debió de ser duro, muy duro, pero nunca dijo nada al respecto. Jamás habló de lo que vivió allí. Su vida cambió para siempre, a los ocho meses tuvo que ser trasladado de urgencia a un hospital de Canarias, le habían contagiado de una hepatitis con una de esas vacunas que les ponían habitualmente. Ese hecho le mantuvo durante un año en cama y secuelas para el resto de su vida. No tuvo que volver a El Aaiun, pero pasó el resto de la mili de hospital en hospital.

Decía antes, que nunca contó lo que vio y vivió, pero debió de sufrir. A partir de entonces mi hermano se sintió, y así continúa, muy cercano a la lucha que mantiene el pueblo saharahui y el Frente Polisario.

Le admiro. Le admiro mucho, es de ese tipo de personas que hace y dice poco de lo que hace, justo lo contrario de la mayoría que dicen mucho y no hacen nada. Su solidaridad con ese pueblo no ha quedado solo en acoger a niños en verano. No. Ha sido más, pero eso tampoco lo cuenta. Ayer hablamos de la situación actual en el Sahara, le pregunté sobre ello y me contestó que las familias con las que ha mantenido un contacto especial están ya todas en España, haciendo su vida, trabajando y estudiando, pero que esas familias tienen a su vez, más familia. Que mal me siento, yo soy de las que hablo y no hago.

Haciendo zapping, veo a Elsa Punset en El Hormiguero, si, ahí, yo también aluciné, ¿Qué hace en este programa? Luego reflexioné. Si, está, ¿por qué no va a estar? Me quedé unos minutos, luego ya no lo pude soportar más, hablaba sobre la venganza y los efectos de la misma sobre las personas que sentían esos deseos. Intentaba demostrar científicamente lo malísimo que es vivir con esos sentimientos. Finalizaba diciendo que al final si practicabas la venganza era muy malo, terrible, porque tendrías un enemigo más, como si el que te hubiera hecho antes la faena hubiera sido tu amigo. No pude aguantar más, me volví a preguntar sobre los méritos más allá de los apellidos para dirigirse “urbi et orbe”.

Acudí a una reunión con el tutor de mi hijo, me dice que todo va genial, que es un chaval brillante y que sus notas están todas por encima de notable. Nos pregunta que carrera va a estudiar y dónde. La fastidiamos, dijimos la verdad, inmediatamente pude ver su gesto contrariado, recogí velas rápidamente y dije que aún no lo tenía claro, que faltaba dos años, evasivas, para evitar…. Evitar. No es conveniente hablar claro, le perjudicaré. Otra vez me sentí mal, porqué no decirle que no estudiará aquí, que odio las capillas y las castas universitarias, que la Universidad de Salamanca no es ni de lejos lo que fue, que se la han cargado, que los grupos que pululan por ella y que contienden a muerte cada vez que hay que elegir rector están a lo suyo. Duele, eso duele hay que defender lo que tenemos, y mantenerlo a toda costa como no, es lo nuestro, lo de siempre. Horror.

Y hablando de castas, capillitas, familias, como queramos llamarlas, me sorprendo mientras escribo con una noticia: El espacio aéreo está paralizado, la familia “controladora” hizo su huelga salvaje. Los señoritos de mínimo 300.000 al año, querían darle en el morro y bien fuerte a la otra casta, a la política, pero no, no se la han dado a ella, nos la han dado a todos. Ya, sé que era un puente y que habrá algunos que pensarán que al fin y al cabo los que marchaban de vacances son unos privilegiados. Pero no, no es eso, nos han puesto a los pies de los caballos, nos han convertido en el hazmerreír de todo el mundo. Ya. Sé también que realmente somos eso ante el mundo, pero estos capullos no tienen derecho, ningún derecho a poner patas arriba a este país. Si alguien tiene derecho a ello a `poner todo patas arriba, son los que realmente lo necesitan, los que no llegan a fin de mes, los que no tienen trabajo ni perspectivas, los chavales que tendrán que dejar de estudiar porque sus padres no podrán pagarles sus estudios, los chicos que tendrán que irse de éste país a trabajar porque aquí no tienen sitio. Este gobierno necesita que alguien le ponga contra las cuerdas, pero estos no. Estos no.

16 comentarios:

  1. Exacto.
    Estos no.
    Espero que les hagan indemnizar a todos los que han sufrido esa huega salvaje.
    Aunque tenga que hipotecar hasta la familia.
    600.000 perjudicados a indemnizar son muchos perjudicados.

    Besos.

    ResponderEliminar
  2. Gran entrada. Profunda, seria, brillante.
    Y encima se lee de un tirón, no aburre.
    Estoy conforme en todo lo que dices salvo, si me lo permites, en un pequeño matiz.
    El matiz es que no sabemos muy bien las reivindicaciones y los cambios que piden los controladores. No lo explican todos, me refiero a los medios de comunicación y las fuentes oficiales. No interesa.
    Habría que saber el fondo de lo que verdaderamente piden estos profesionales que no son, en su mayoría, cuestiones económicas.
    Sí, ganan mucho, muchísimo, más que el 95% del ciudadano, por decir una cifra orientativa.
    Te has preguntado alguna vez por qué los controladores aéreos son remisos a que sus familias viajen en avión?

    Disculpa por la extensión en el comentario.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  3. Una de tus mejores entradas Eritia. Tocas temas dolorosos, profundos y crueles. la historia de tu hermano me ha impactado, mucho. Los sentimientos, a pesar de que lo intentamos, no se pueden controlar al cien por cien.
    Besos wapa.

    ResponderEliminar
  4. Gracias Xavi, yo tambien espero que este hecho tenga consecuencias económicas para ellos, si, ellos deberían indemnizar y responder con sus bienes, pero tú y yo sabemos que no será así.
    Habrá respuesta, sin duda, pero ésta será ajustada a Derecho.
    Las pérdidas causadas y no solo las económicas, creo que va a ser muy difícil de calcular.
    Besos.

    ResponderEliminar
  5. Gracias Javier, tienes razón conocemos poco de las reivindicaciones y motivos de este colectivo para hacer lo que han hecho. Pero mira, los derechos tambien para ellos aunque se empeñen en lo contrario, están regulados, igual que para el resto de trabajadores, y ello aunque fastidie es entendible, su actuación no. Pueden convocar una huelga, pueden pedir que los servicios mínimos no sean excesivos, lo que quieran, y el resto estaríamos o no de acuerdo, pero su actitud es injustificable. Esto ha sido un pulso, que se viene fraguando desde hace mucho tiempo y una contestación a las medidas anunciadas el día anterior por el Gobierno. La justificación a su acción no puede ser que ya han cubierto el cupo de horas establecidas, incluidas las extras. Que ocurre que si le siguieran pagando como horas extras al precioo que cobran no tendrían stress?, posiblemente no.
    Me encanta tu comentario, extiendete lo que quieras, este tambien es tu espacio.
    Al contrario te agradezco que hayas generado este pequeño debate, sentir a mis amigos al otro lado me hace escribir, aunque disponga de menos tiempo del que quisiera para ello.
    Besos.

    ResponderEliminar
  6. Muchas gracias Rosalía, me alegro que te haya gustado el post. No tengo demasiado tiempo para dedicarle al blog, así está el pobre.
    Mi hermano, ciertamente es un gran tipo, es así tal como lo cuento, solidario, callado, anónimo y generoso, en todo en lo económico y en los afectos.

    Besos

    ResponderEliminar
  7. Me ha gustado mucho la entrada, tan solo falta en este país Sentido Común, ese que Descartes decía:
    Es la materia más abundante del Universo, pues todo el mundo, aun carente de otras materias de esta dice estar bien servido... (hablo de memoria).

    ResponderEliminar
  8. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  9. Temujín,me alegra mucho que te haya gustado la entrada, si, tienes razón a éste país le falta, además de muchas cosas, principalmente el Sentido Común, permiteme que traiga otra máxima de otro filósofo, Anacarsis, que le viene al asunto como anillo al dedo.
    "Muchas veces las leyes son como las telarañas: los insectos pequeños quedan prendidos en ellas; los grandes la rompen".


    Yo ando mal de memoria, la recogí textualmente.

    Besos.

    ResponderEliminar
  10. Coincido en que has realizado un barrido por temas de gran calado social, con una profundidad y brillantez intachable, que hace que se agiten las conciencias.Y sobre lo de la huelga, pues ya está casi todo dicho, pero cada vez que leo la prensa y o veo algo de tele me pongo malo, por la gran cantidad de gente que se quedó chafada por estos chulos. Abrazos

    ResponderEliminar
  11. Gran entrada realmente, con temas profundos, con una vision critica... y muy honesta...
    Mas alla de lo de los controladores, que la verdad no conozco lo suficiente el tema, mas alla de lo de la universidad y su decaimiento, (aquella en la que yo estudie, becado... se ha convertido en un club privado para los hijos del empresariado)... mas alla de todo eso...
    Me quedo con la imagen de tu hermano, hacen falta esos seres humanos, que hacen sin decir... sin publicidad ni aspaviento, recibe mi admiracion y mi respeto... necesitamos que desde el conjunto humano, decaido y castigado, surgan los heroes de nuestra edad....

    Besos

    ResponderEliminar
  12. Gracias Beker, pues si sobre la "huelga" ya está casi todo dicho, ahora solo nos queda esperar, a ver como se reuelve todo este tema, confiemos en que esto no vuelva a suceder y que los que nos han puesto patasarriba entiendan que las vías para solucionar los problemas deben ser otras.

    Besos.

    ResponderEliminar
  13. Essaldir no sabes como te agradezco tu comentario, si, la verdad es que mi hermano es un gran tipo,ni tan siquiera imagina que la entrada va dedicada a él, si lo supiera, estoy segura, aunque sea anónima, le hubiera parecido cuando menos excesiva.
    Muchas gracias por tus palabras.
    Besos.

    ResponderEliminar
  14. Mi querida Eritia: Me ha gustado leer este entrada en la que tocas muchos puntos pero que al final casi todos convergen en uno: La solidaridad o la falta de ella.
    Yo he sido una de las afectadas por estos "señores" controladores aéreos. Mi madre sufrió en septiembre una parada cardio respiratoria de la que salió "tocadita" pero bien pero con la prohibición por parte del médico de seguir viajando en avión a Barcelona donde había pasado todas las Navidades. Decidimos pasar estos días con ella con la consiguiente alegría por parte de mi madre que tiene los noventa y muchos y...nos encontramos con una huelga salvaje que me impedía abrazar a mi madre.Te puedes imaginar el disgusto por ambas partes.
    Efectivamente. Este gobierno necesita que alguien le ponga contra las cuerdas.

    Mil besos y mil rosas.

    ResponderEliminar
  15. Me impresionó la historia de tu hermano. Nunca sabemos qué suceso nos puede cambiar la vida, no podemos preveerlo, simplemente sucede y se da el giro , imagino también la zozobra que vivió tu mami, pero como bien dices, todo se supera y a casi todo se sobrevive.
    Besitos,

    ResponderEliminar
  16. Eritia, ciertas experiencias traumáticas a esa edad, te marcan para siempre, pero ya vez, tu hermano en vez de quedarse paralizado, ha hecho del dolor, una bandera de reclamar justicia y mejores condiciones de vida para con los que menos tienen. (me recordó a mi Rosa morena)

    Un beso.

    ResponderEliminar