miércoles, 7 de octubre de 2009

MI VOLVO Y YO



Ya en mi perfil comenté que uno de mis gustos eran los coches, así es, me gustan, una de mis mayores ilusiones de adolescente era el pensar como sería mi primer coche. Me saque el carnet de conducir el mismo día que cumplí 18 años. A lo largo de mi vida he tenido la oportunidad de tener varios coches, ya que por motivos familiares siempre ha habido dos en casa.

Tradicionalmente, cuando cambiamos los coches y debido a esa afición mía, siempre he sido yo quien sacaba el coche del concesionario y daba el primer paseo con él, iniciábamos un vínculo entre ambos que hasta ahora ha sido satisfactorio.

A veces, me he sentido tan vinculada a mi coche, que, en el momento de venderlo me costaba tanto separarme de él, que he llegado a llorar por la separación que se producía entre nosotros, cosa que, cuando lo cuento por ahí no es fácilmente entendible, ya que todo el mundo siente alegría por el coche nuevo recién adquirido y olvida rápidamente el anterior. No es mi caso, cuando eso ocurre me embarga durante cierto tiempo un gran desasosiego y suelo repasar largamente los momentos que ambos hemos vivido juntos. Inicio un dialogo con él hasta que llegamos a un pacto de separación amistosa que me proporciona la tranquilidad necesaria para empezar un nuevo romance. Quedamos como dos grandes amigos que se han querido y compartido mucho. A partir de ese momento, comienza de nuevo el ritual de acercamiento, acomodación y emprendemos de nuevo el camino. Así ha sido hasta ahora y de todos ellos guardo un gran recuerdo y mucho cariño. Siempre me han respondido conforme a mis expectativas.

Hace tres años nos enfrentamos a un nuevo cambio, después de dar muchas vueltas tanto a marcas, como a modelos y no con mucha ilusión por mi parte, lo confieso ,se tomo la decisión de que compraríamos un VOLVO, el procedimiento fue el habitual, yo saqué el coche del concesionario y le hice los primeros kilómetros, inicie el protocolo como siempre, le ofrecí todo mi cariño y mi respeto y le pedí a cambio lo que siempre le he pedido a los anteriores.

Reconozco que no lo he conducido mucho, pero siempre que he tenido la oportunidad le he demostrado que aunque en contra de mi opinión le respetaba y le reconocía sus valores, que por cierto son muchos. Sin embargo él se ha portado mal conmigo, supongo que detectó que a otros les he querido más, y decidió jugarme un par de malas pasadas, tal vez no fue su culpa, lo admito, pero ya le he hecho saber que no goza de mi cariño, el lo ha entendido y a partir de ese momento ha iniciado un dialogo sordo conmigo, me ha ofrecido su respeto, ha aceptado su equivocación, e intenta cada vez con más ahínco subsanar su error. No sé si lo hace con sentimiento o simplemente tiene miedo de ser sustituido, supongo, que ha comprendido que no voy a llorar por él cuando lo cambie.