martes, 20 de abril de 2010

Mentiras, cintas de vídeo o la desfragmentación del disco duro




Había elegido ese despacho casi un poco al azar, la verdad es que le daba igual uno que otro, había tenido que asistir una o dos veces al mismo para formalizar y realizar gestiones familiares. Lo recordaba muy oscuro y con una decoración clásica muy en línea con los protocolos establecidos.

Sin embargo, desde la última vez que estuvo había cambiado bastante, ahora era una sala de espera luminosa, acogedora aunque decorada con ese estilo minimalista tan actual, en la pared había sido sustituido el crucifijo fijado en su memoria, por un cuadro modernista de un pintor desconocido. El ambiente aparentaba ser menos protocolario de lo que en principio se esperaba.

Allí estaba sentada en un cómodo sofá, con un maletín donde guardaba dos sobres exactamente iguales. Durante el tiempo de la espera repasaba mentalmente tanto lo que contenían, los dos sobres, como lo que tendría que decir de la forma más clara que pudiese.

Esta decisión que ahora tomaba le había resultado muy difícil. Era algo muy meditado, a lo largo del tiempo había pensado mucho, tanto sobre el contenido depositado en los sobres como en la forma en la que se debería actuar con ellos.

Sabía que el hecho tenía trascendencia para el futuro y no quería dejar ningún cabo suelto. Había sopesado concienzudamente los pros y los contras de su decisión y las consecuencias que sobre terceros tendría. Detrás de esta actuación no había intencionalidad por hacer daño así como tampoco complicar la vida a los suyos. Era un acto cobarde, si, porque estaba fuera de tiempo, pero valoró tanto la conveniencia o no de hacerlo en la época que le correspondía y juzgó que la vida, de hacerlo, se le haría más difícil, no a ella pero si a los suyos y lo desestimó.

Sin embargo ¿qué era lo que la movía a hacerlo?

Tenía varias razones, pero la principal era algo que la atormentaba y que le impedía salir de su torbellino interior, no quería irse sin haber dejado temas pendientes y sin solucionar. Tenía terror a que, una vez muerta, tampoco pudiera descansar, pensaba que cuando alguien muere dejando cosas pendientes, no se va definitivamente. Tampoco soportaba que las mentiras de la vida construyeran la historia, algo tan habitual. Era una idealista y lo sabía, no le gustaba el mundo que le había tocado vivir, tenía unos principios muy sólidos y los valores en los que había sido educada habían conformado su personalidad. Creía por encima de todo en el ser humano y siempre pensó que la vida te devolvía lo mismo que uno daba. Así creía que ella se había comportado con sus semejantes, y así pensaba que sus cercanos se comportarían con ella, era lo lógico según su teoría y modo de entender la vida.

Después, con el tiempo, comprobó que la vida era otra cosa y que uno más uno no necesariamente son dos. O más bien uno, si es uno y el otro uno, puede ser dos o tres o cuatro.

Al principio estuvo en estado de shock durante bastantes meses, el impacto fue tan grande que perdió su capacidad para reaccionar, no podía tomar decisiones en ningún ámbito de su vida, su cabeza que siempre le había funcionado bien empezó a hacerle jugarretas, y jugaba con ella por las noches no dejándola dormir, después le regalaba unas horas de sueño pero la obligaba a despertarse con pesadillas reiteradas que le causaban gran dolor, más tarde no se podía quitar ciertas imágenes de la cabeza y finalmente se quebró el puzzle de su vida rompiéndose en miles de piezas que no conseguía recomponer.

Pensó mucho en como solucionar sus problemas, pidió ayuda pero no le sirvió, nada le servía, tomo decisiones, alguna, entre otras relativizar, dejo de vivir por y para y tan solo vivir con. Nunca más fue la misma, desapareció su risa clara y se tornó como mucho en sonrisa, su rictus, antes optimista giró hacia un semicírculo marcado por dos arrugas reflejadas entre si, simétricas, en las comisura de sus labios inclinadas hacia abajo.

Decidió, si, aunque alguien había decidido antes por ella, decidió que no permitiría que acabaran con ella y atormentada por el dolor continuo que venía una y otra vez a su cabeza un día encontró un símil que se le antojó lo más parecido al cerebro, su PC.


Realizando las labores de mantenimiento del mismo comprobó que cualquier documento realizado era alojado en múltiples sitios de su disco duro, y que cada vez que quería recuperarlo su PC realizaba grandes esfuerzos para encontrarlo, igual ocurría en su cabeza, sus recuerdos dolorosos estaban alojados en demasiados sitios y por eso cada vez que pensaba algo, aunque fuera bueno, afloraba lo malo, por cercano.

Encontró la formula. Consistía en la desfragmentación del disco duro, si juntaba todos los documentos y los guardaba todos juntos, conseguiría que se encontraran solo cuando se le buscaran y estarían de ese modo todos juntos, al igual que en su cabeza, no conseguiría quitárselos de encima, no, pero al menos, pensó, no la atenazarían continuamente.

Recopiló todo, manuscritos, una tarjeta de móvil, las fotos furtivas, los mails, escritos, cartas de amor y una pequeña cinta, lo clasificó, los duplico todos y los introdujo en dos sobres iguales, era su única esperanza esto debería llevarle a la paz. Dos ordenes, una mentira y una verdad.

El notario le informó que la llamaría para informarle si todo se ajustaba a la legalidad.

Consultó con su informático.

- ¿En caso de que no funcione que es lo que debo hacer?

Y le respondió igual que contestan siempre los que no pueden controlar lo incontrolable.

- Reinícialo….


Este texto es un capítulo de una pequeña novela, (que no pasará a la posteridad), de intriga, misterio y esas cosas, incompleta aún. Con ello colaboro en un grupo literario de mi ciudad, en el que participamos una serie de personas que nuestro objetivo principal es pasar unos ratitos que se tornan divertidos y agradables. Un follón vamos.























6 comentarios:

  1. Me ha gustado, que te diviertas siempre con lo que haces.
    Besos

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  2. Está muy bien. Es un retazo de novela, claro está, y uno solo puede hacerse una pequeña idea. Pero la narrativa impecable.
    Besos.

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  3. Mi querida Eritia: No sé si pasará a la posteridad o no, pero a mí me ha interesado y creo que está muy bien escrito porque dejas al lector con la necesidad de querer saber más.Te animo a que sigas escribiéndola y quién sabe si algún día tengo que al igual que has hecho tú, pedir que me la envíes.Me encantaría.

    Mil besos y mil rosas

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  4. Me gusta.
    Está muy bien escrito y además es muy interesante.
    Engancha.

    Besos.

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  5. Pues ma ha parecido un relato bien construido, con un hilo conductor y un proyecto interesante... un abrazo

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  6. Dejame que te diga que esta muy bien escrita..te felicito..un abrazo...

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