viernes, 21 de mayo de 2010

Vivo sin vivir en mí



“Y tan alta vida espero, que muero porque no muero “, así, como la famosa poesía de Santa Teresa de Jesús, anda Eritia últimamente. Todo empezó cuando tuve que hacer el famoso assessment. Esto se ha convertido en un sin vivir, que no paro, no sé si estoy en Madrid, en Salamanca o en Valladolid, colgada al teléfono en una multiconferencia interminable, en una reunión como invitada de un comité de Dirección, o en un curso de Formación requeterrepetido innumerables veces.

Y es que una vez más la he vuelto a fastidiar, si, porque al final voy a tener que dar la razón a los que piensan que uno no puede cambiar el curso de las cosas y que todo está escrito.

Me explico, hace aproximadamente tres años, decidí abrazarme y no despegarme por nada del mundo al pragmatismo, en ese propósito me he mantenido firme, concediéndome las licencias que yo consideraba oportunas, eso sí.

Me acababa de llevar un golpe de los gordos y decidí aprender de mis errores, como dicen los optimistas sacando lo bueno de lo malo, (yo no creo en eso, lo malo es malo y punto), pero hice caso de los consejos y renuncié a parte de mi personalidad (ser típicamente Gili…) para ser más práctica y “objetiva”.

Me mandaron a unas jornadas que parecían de lo más atractivo, un programa antiestrés, de tres días de duración, en un marco incomparable, creerme, en el que te darían pautas para sobrellevar mejor las situaciones “estresantes “ del día a día, basado en un programa que se suponía muy efectivo, Eritia incluso se puso contenta y allá fue dispuesta a aprovechar lo que tenía por delante, golf, spa, yoga, bueno como supondréis el panorama era idílico. Pues bien, acabé con una agenda que empezaba a las ocho de la mañana y finalizaba a las once de la noche, sin un solo minuto disponible para mí.
Es verdad que hice todo, clase de golf treinta y cinco minutos, spa veinte minutos, masaje relajante quince minutos, zumos de manzana y zumos de manzana y zumos de manzana desde la mañana a la noche, dieta vegetariana, nada de tabaco, por supuesto alcohol ni verlo, ni una cerveza, nada. Pruebas médicas un día entero, para al final entregarte una carpeta maravillosa con todos los informes muy sofisticados, en los que te decían que tus niveles de stress, están dentro de la normalidad y que, eso si, tengo físicamente un alto grado de tolerancia al mismo. Traducido, estoy muy preparada para que me den caña a tutiplén.

Ahora aún me queda otro cursito el mes que viene, en el que tengo que hacer tirolina, cruzar no se cuantos puentes, mirarme en un espejo, y practicar tiro con arco, también de ocho de la mañana a once de la noche, vamos que voy sobrada Horror!!!!.

Trabajo en una de las multinacionales que operan en España, y los que trabajéis en alguna de ellas, sabréis que estos programas son habituales, nada raro, eh?, cualquier empresa de más de dos mil trabajadores, y la mía tiene bastantes más los realizan, no soy la única victima de la estupidez, sé que somos muchos, aunque yo en esta ocasión me lo he ganado a pulso. Y yo que casi siempre me sitúo en los vértices y sobrevivo entre los matices pues estoy un poco desubicada.

Mientras tanto amigos, como habréis podido comprobar, tengo mi blog totalmente abandonado, llego tarde a todos vuestros post, y algunos no he podido ni comentarlos, los ratitos que me ocupaba de leeros, qué eran para mí muy gratificantes por todo lo que me aportáis, se han visto reducidos considerablemente, y, otras tareas imprescindibles para mi equilibrio personal pues también.

Espero y deseo que sea transitorio, ¡ánimo Eritia ya queda menos! Y en breve retorne a lo que nunca debí abandonar.

Así que amigos, si se me pasa alguno de vuestros post, o llego tarde, e incluso digo alguna tontería, no me lo tengáis en cuenta y entender, que vivo un proceso como ya os he dicho muy, muy divertido, eso si de ocho a once..

8 comentarios:

  1. Tranquila amiga, a mí me basta con que de vez en cuando te dejes caer por mi habitación. Si pasas por allí llévate un recuerdo como homenaje a los 120 seguidores.
    Un abrazo amiga.

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  2. Ufff! Menos mal que no trabajo en una empresa de esas, porque no doy la talla. Soy un negado o deshubicado, o como lo llamen... y no aprendo tan rápido como los demás o me niego a aprender. De modo que me dedico a escribir de por libre, me he apuntado a un gimnasio y por una vez en la vida huyo del stress como de la peste.
    Besos, cuídate mucho.

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  3. Bien... eso de desestresarse ( ¿será asi? ), resulta estresante visto desde aca, es como solucionar el suicidio repartiendo cordeles y venenos varios... Mas bien deberian pasarte un chaleco anti balas o anti tontos... o anti jefe...
    Sobreviviras, solo pegale al blanco... y no rompas el espejo.
    Besos...

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  4. No te preocupes Eritia.
    Yo te espero hasta que te jubiles.
    Entonces tendrás tiempo.
    Además al paso que vamos pronto vamos a estar "jubilados" todos.

    Besos.

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  5. Esto... las jornadas eran para estresarte o al revés?, menos mal que siempre te quedará el tiro con arco, ya sabes a quien tienes que apuntar jajajajaja. besos

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  6. Solo con leerlo ya me he estresado, no valgo.
    Te espero cuando quieras.
    Apunta bien, si está el que se le ocurren esas estupideces ese es el blanco.
    Besos

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  7. Mi querida Eritia: No es muy atrayente lo que cuentas y creo que además no solo no resuelve el problema del estrés sino que lo agrava pero por nosotros no te preocupes porque te esperaremos siempre.

    Mil besos y mil rosas.

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  8. Tal parece que a esas grandes empresas les sobra el tiempo no? No te queda más que armarte de paciencia y tirar pa'lante! Eso sí , con el ánimo en alto!
    Besitos,

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