Vaya por delante que este post, no es sobre el mundial. Vaya por delante que no entiendo nada de futbol y vaya por delante, por último, que no soy de ningún equipo salvo del de mi hijo; fútbol base y modesto.
Confieso que no soy capaz de emocionarme y vibrar más que cuando veo jugar a Miguel, ahí si grito, canto, salto y animo a los niños. A veces, hasta he llorado viéndoles jugar. Pero eso no es valorable, no es objetivo, es amor. Tanto, tanto no entendía yo de futbol, que cuando comenzó a jugar creamos juntos, los dos, códigos propios para que no metiese la pata cuando el jugaba y yo gritara, diciendo tonterías tales como ¡Sube! cuando en el lenguaje de fútbol era precisamente, bajar. Jamás conseguí entender en que consistía el fuera de juego y otras muchas reglas que los que dominan esto manejan con una soltura que yo admiro.
También vaya por delante que me cuesta mucho sentir esa pasión que sienten la mayoría de los ciudadanos en este momento; No tengo sentimientos patrióticos, regionalistas o localistas. Suelo ser crítica con los radicalismos en general, porque no soy capaz de comprenderlos.
Como sabéis soy salmantina y aquí vivo. En los últimos tiempos desgraciadamente cada vez que saltaba una noticia de mi ciudad al ámbito nacional me provocaba vergüenza sobre el papel que los dirigentes locales de mi ciudad ofrecían al resto del país, léase el asunto del Archivo Histórico y los papeles de la Guerra Civil en una batalla con Cataluña, absurda, ridícula e impropia en los tiempos actuales. Siempre pensé sobre que se pensaría de los ciudadanos salmantinos, en otros ámbitos, al ver esas imágenes sonrojantes, con manifestantes en la Plaza Mayor más típica y propia de otros siglos, de una España negra y fascista, en ese ejemplo de la vocación ultramontana de la derecha española.
Pero no amigos, los ciudadanos salmantinos no son mayoritariamente así. Hoy me siento feliz porque la ciudad de Salamanca está representada por la persona de Vicente del Bosque que ha saltado a primera página por algo magnífico. Sí, por haber ganado el mundial también, pero sobre todo por que esa persona que representa una forma de ser, una forma de actuar y un estilo de vida basado en valores, basado en actitudes tan, parece, pasadas de moda entre la gente guapa, la que durante muchos años ha sido referente de esta sociedad y que la ha hecho un daño tremendo.
No voy a hablar mucho más de él, mi hijo se inició en el futbol en una escuela que durante el verano organizaba un campus del fútbol patrocinado, entre otros, por Vicente del Bosque y la asociación Aviva para discapacitados a la que él pertenece. Ni un solo año Vicente dejó de dedicarles una mañana a estos chicos, estar con ellos, charlar, jugar y potenciar la integración de los niños con menos capacidades.
En la habitación de mi hijo figura colgado el primer diploma que le entregó con seis añitos y el lema que da título a este post, no se si la frase es de él o de Alfredo Di Stefano, da igual en cualquier caso, la hizo suya y así se lo trasmitió a los niños. Fiel reflejo de lo que hoy, todos han podido conocer sobre este singular personaje.
Apuesto por gente como usted. Hoy me siento orgullosa de que el saber y la inteligencia está por encima de algo, repito, que parecía una bandera de este país en los últimos años; El ser bocaza, la chulería y los hijos de p… proliferaban demasiado.
Estos días, tengo a mi hijo jugando en Vitoria, la Gasteiz Cup, no pude ver con él la final, esta tarde jugó su primer partido, me llamó para decirme que habían ganado 4-1 y que él metió un gol, según me dice dio en un palo y cedió otro a un compañero que no había marcado.
Algo has aprendido en tu escuela. Nunca llegarás a jugar en un equipo de primera, pero tú, eres un jugador de primera.
Confieso que no soy capaz de emocionarme y vibrar más que cuando veo jugar a Miguel, ahí si grito, canto, salto y animo a los niños. A veces, hasta he llorado viéndoles jugar. Pero eso no es valorable, no es objetivo, es amor. Tanto, tanto no entendía yo de futbol, que cuando comenzó a jugar creamos juntos, los dos, códigos propios para que no metiese la pata cuando el jugaba y yo gritara, diciendo tonterías tales como ¡Sube! cuando en el lenguaje de fútbol era precisamente, bajar. Jamás conseguí entender en que consistía el fuera de juego y otras muchas reglas que los que dominan esto manejan con una soltura que yo admiro.
También vaya por delante que me cuesta mucho sentir esa pasión que sienten la mayoría de los ciudadanos en este momento; No tengo sentimientos patrióticos, regionalistas o localistas. Suelo ser crítica con los radicalismos en general, porque no soy capaz de comprenderlos.
Como sabéis soy salmantina y aquí vivo. En los últimos tiempos desgraciadamente cada vez que saltaba una noticia de mi ciudad al ámbito nacional me provocaba vergüenza sobre el papel que los dirigentes locales de mi ciudad ofrecían al resto del país, léase el asunto del Archivo Histórico y los papeles de la Guerra Civil en una batalla con Cataluña, absurda, ridícula e impropia en los tiempos actuales. Siempre pensé sobre que se pensaría de los ciudadanos salmantinos, en otros ámbitos, al ver esas imágenes sonrojantes, con manifestantes en la Plaza Mayor más típica y propia de otros siglos, de una España negra y fascista, en ese ejemplo de la vocación ultramontana de la derecha española.
Pero no amigos, los ciudadanos salmantinos no son mayoritariamente así. Hoy me siento feliz porque la ciudad de Salamanca está representada por la persona de Vicente del Bosque que ha saltado a primera página por algo magnífico. Sí, por haber ganado el mundial también, pero sobre todo por que esa persona que representa una forma de ser, una forma de actuar y un estilo de vida basado en valores, basado en actitudes tan, parece, pasadas de moda entre la gente guapa, la que durante muchos años ha sido referente de esta sociedad y que la ha hecho un daño tremendo.
No voy a hablar mucho más de él, mi hijo se inició en el futbol en una escuela que durante el verano organizaba un campus del fútbol patrocinado, entre otros, por Vicente del Bosque y la asociación Aviva para discapacitados a la que él pertenece. Ni un solo año Vicente dejó de dedicarles una mañana a estos chicos, estar con ellos, charlar, jugar y potenciar la integración de los niños con menos capacidades.
En la habitación de mi hijo figura colgado el primer diploma que le entregó con seis añitos y el lema que da título a este post, no se si la frase es de él o de Alfredo Di Stefano, da igual en cualquier caso, la hizo suya y así se lo trasmitió a los niños. Fiel reflejo de lo que hoy, todos han podido conocer sobre este singular personaje.
Apuesto por gente como usted. Hoy me siento orgullosa de que el saber y la inteligencia está por encima de algo, repito, que parecía una bandera de este país en los últimos años; El ser bocaza, la chulería y los hijos de p… proliferaban demasiado.
Estos días, tengo a mi hijo jugando en Vitoria, la Gasteiz Cup, no pude ver con él la final, esta tarde jugó su primer partido, me llamó para decirme que habían ganado 4-1 y que él metió un gol, según me dice dio en un palo y cedió otro a un compañero que no había marcado.
Algo has aprendido en tu escuela. Nunca llegarás a jugar en un equipo de primera, pero tú, eres un jugador de primera.
Estupendo post, es un jugador de primera. La humildad de ese señor es lo que se debe copiar y no la chulería de algunos.
ResponderEliminarBesos
Todos mis respetos a Vicente del BOsque hoy y antes de ayer....
ResponderEliminarPero tu post es precioso, precioso, precioso...
Quien sabe a dónde llegará tu hijo? pero empezar por la humildad y por tu forma de ver las cosas se merece lo mejor...
Una entrada preciosa
Un beso
Vicente Del Bosque, aunque no te guste el fútbol, ha logrado que ese equipo de jovenes españoles ganen un mundial con elegancia, con valores y respeto al contrario. Y me ha gustado mucho tu homenaje a este hombre sencillo y a tu hijo.
ResponderEliminarUn beso amiga.
P.D. Mi mejor amiga es de Salamanca y cada año voy a verla.
El futbol en estos lados es casi genético... yo, por ejemplo, soy ciudadano del planeta futbol, cada cuatro años copio a Galeano y pongo en mi puerta el letrerito de: "cerrado por futbol".
ResponderEliminarPero independientemente de eso, valoro mas a las personas que como V. del Bosque, se han construido una carrera en base a meritos y valores dignos de ser copiados. mas alla de lo futbolistico es lo humano...
Felicidades por tu goleador, que tan joven conoce la generosidad de aquel que juega por el euqipo, esos son los que aportan... y eso lo convierte en un gran jugador...
Mi felicitacion nuevamente... desde el planeta futbol a Salamanca..
Besos
Como mamá que soy entiendo y comparto tu sentir. No imagino mayor alegría en el futbol que ver a tu pequeño jugando!
ResponderEliminarBesitos,
¡Hola Eritia!
ResponderEliminarEn primer lugar decirte que me entusiasma sentirte por mi blog.
También decirte que comprendo letra a letra tu escrito.
Yo soy padre de deportistas, en este caso de dos,(Juegan a Hockey Patines)
Los valores que desprende el deporte y sus alrededores son suficientes como para que sigamos y sigamos. Y si además por el camino nos encontramos a entrenadores o técnicos con alma, "Puegeso" Felicidades.
Saludos de J.M. Ojeda.
Buen fin de Semana
Hola Eritia.
ResponderEliminarHacía mucho tiempo que no te comentaba. Y era porque, aparte de que ahora leo menos blog, estoy de vacaciones y tengo un Internet pésimo.
Estoy contigo en lode Vicente del Bosque, me parece un entrenador inteligente y sensato. Es educado, comenta lo necesario y no es bocazas. Por otra parte mi deporte tampoco es el fútbol; creo que hay deportes preciosos además del fútbol. Yo, personalmente, vibro más con el baloncesto. Pero creo qeu está bien que España haya ganado su mundial. al fin y al cabo no jugábamos tan mal por estos lares.
Ahora, creo que se le da excesiva importancia a este deporte (es sólo un deporte) en lugar de a otras cosas que son mucho más necesarias.
un abrazo.