Uno de mis ritos habituales en las mañanas es escuchar la radio antes de irme a trabajar. Suelo andar por la casa con un pequeño transistor que voy llevando conmigo a cada habitación por la que me muevo. Normalmente no le presto demasiada atención a esas horas, porque las noticias las había oído mientras desayunaba y salvo temas urgentes, se repiten continuamente durante la mañana.
A esa hora suelen programarse las tertulias de carácter político y posteriormente, una entrevista a personajes bien a políticos, o a cualquier otra persona que esté de actualidad.
Mientras tanto, yo sigo a esa hora en mis actividades a contrarreloj y cuando llega el momento, marcho y cambio el rito de oir las noticias por otro que es escuchar música en el coche camino del trabajo.
En la mañana de ayer la entrevista que se realizaba era a José Luis Sampedro, fantástico y emblemático catedrático de economía y escritor.
Nada más comenzar la entrevista paré en las tareas que realizaba para poder escuchar a éste hombre porque lo que estaba diciendo y sobretodo como lo estaba diciendo bien merecía unos minutos de dedicación, aunque ello supusiera un pequeño retraso en el ritmo habitual.
Pocas veces alguien me ha trasmitido con tanta claridad y rotundidad un mensaje. En la actualidad tiene 93 años y tal claridad de ideas, tal conocimiento de la realidad social y de las tendencias del futuro que eso hizo que me impactara profundamente.
Cualquiera podría esperar de una persona ya anciana como es él, que transmita sabiduría por supuesto, pero es que este hombre no solo transmite sabiduría, que tambien, si no que nos traslada una energía y vitalidad fuera de lo normal. A su edad, sigue haciendo una vida que el define no como de trabajo, pero casi, escribe cada día, pasea y contempla desde su ventana el mar que le aporta serenidad. Habla de la muerte (la suya) como algo cercano, con tal naturalidad que pareciera que fuera una de sus clases en la universidad impartida a terceros y como si no fuese con él.
Se expresó con lucidez , conocimiento, experiencia y con la libertad que le da el estar de vuelta de muchas cosas y que le permite ser como quiere ser, políticamente correcto o incorrecto, llamar al pan pan y al vino vino.
Chapeau! señor Sampedro, cuanto me hubiera gustado recibir de usted una de sus clases.
Me he ceñido tan solo al perfil humano, aunque sus respuestas en la entrevista son muy dignos de tener en cuenta, especialmente en su análisis del futuro inmediato.
Os recomiendo el fantástico post que sobre el fondo del tema se ha escrito en el blog moralypolitica.blogspot.com
Mi querida Eritia: Tienes razón. No solo en cuanto al bagaje cultural y sabiduría de Sampedro sino a su forma de vivir a los 93 años.
ResponderEliminarEs una lección de vida para todos nosotros porque no solo tiene interés por la sociedad en la que vive y su problemática, sino que es capaz de disfrutar de la belleza que le rodea.
No sé si son producto de su generación y digo en plural porque mi madre (la gaditana) tiene 98 años para cumplir 99 en julio y está al tanto de la política, de programas culturales y disfruta leyendo buena literatura. Eritia, corazón, admiro a las personas que son así.
En cuanto pueda pasaré a leer el blog que recomiendas.
Mil besos y mil rosas.
Te doy toda la razón.
ResponderEliminarHe leído entrevistas en la prensa, le he oído en televisión, en la radio áun no... y me parece un Dios.
Un hombre fuera de lo común.
Si Eritia.
Es tal como dices.
Besos.